Publisher's Synopsis
"In principio erat rhythmus et rhythmum erat Bach" (En el principio era el ritmo y el ritmo era Bach). Así, de esta manera ligeramente parafraseada y tan explícitamente contundente, se expresaba el gran pianista Hans von Bülow, celebérrimo director de orquesta, alumno predilecto de Liszt, y uno de los mayores pianistas que ha dado la historia musical interpretativa del piano, acerca de la fundamental trascendencia de la figura de Johann Sebastian Bach en la historia de la música. Sería en 1848 cuando el pianista y compositor húngaro Franz Liszt, posiblemente el mayor virtuoso que había dado la historia de la música se instalaría en Weimar, dejando atrás una impresionante y prolífica carrera como virtuoso, los años que en su biografía habrían de llamarse Années de Pèlerinage. En Weimar, en este histórico principado alemán, en octubre de 1842 Liszt ya había sido nombrado como "Kapellmeister in außerordentlichen Diensten" (Maestro de capilla de servicios extraordinarios), y seria allí al fijar su residencia en 1848 donde permanecería, siendo nombrado además director del gran Teatro de la ópera de Weimar, la joya musical de la bellísima aunque un poco provinciana y decadente por entonces ciudad de Goethe y Schiller. En la inmortal ciudad de Weimar, que se convertiría en esos años de estancia lisztiana en uno de los centros artísticos de peregrinaje musical de toda Europa. Liszt poco podía sospechar que, en cierta forma, de manera inconsciente, estaba tomando el testigo e incluso el legado histórico musical, reviviendo la gran tradición organística heredada desde Bach y que llegaba hasta las épocas míticas y oscuramente legendarias del viejo Buxtehude y del mismísimo Pachebel. Sería esta herencia a través de organistas (muchos de ellos alumnos propios o colaboradores de Liszt en aquellos años de estancia en Weimar) como Alexander Winterberger, Julius Reubke, Alexander Wilhelm Gottschalg, Christian Bernhard Sulze y entre todos el gran organista y teórico Johann Gottlob Töpfer, cuya influencia en Liszt sería decisiva. Sin apenas ser consciente de ello, Liszt abriría, a principios de la década de 1850, el camino y las premisas estético-musicales de este neogótico romántico alemán a los autores e interpretes que posteriormente seguirían sus pasos; ya bien a través del órgano romántico; Töpfer, Winterberger, Reubke, Gottschalg, Rheinberger, Gigout, Vierne, Widor, Guillou etc...o mediante un nuevo estilo pianístico que se podría definir estéticamente como de pianismo neogótico romántico; Tausig, Busoni, Reger, Godowsky, Horowitz, Lewenthal, Nyiregyhazi, Feinberg etc... La Passacaglia y fuga BWV 582 es posiblemente una de las piezas compuestas para órgano del compositor alemán Johann Sebastian Bach más difíciles y valoradas de todo el repertorio organístico. Se la podría considerar, con toda justicia y tal vez junto con algunas piezas de Max Reger o de Charles-Marie Widor, como una de las piezas cumbres, y técnicamente culminantes, de todo el catálogo escrito para órgano. Parece ser que habría sido compuesta en una época temprana del desarrollo artístico creativo en la carrera del músico. Sin duda, las características y las premisas estético musicales de la creación de una escuela pianística gótica romántica, y que tiene sus raíces en la Alemania del norte y sus maestros organísticos del pasado, y más concretamente en la figura compositiva de Johan Sebastian Bach. Esta transcripción que presentamos dentro de esta colección, está dedicada a la memoria de Ferrucio Busoni, verdadero Fausto-organístico, quien ejemplifica a la perfección el ideal de artista recreador y en cierta forma creador del estilo neo-gótico pianístico. Esta transcripción se inspira en la escritura característica de las transcripciones pianístico-organísticas del gran maestro Ferrucio Busoni.