Publisher's Synopsis
Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él; arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias. Colosenses 2:6-7
Oraste y le pediste a Jesús que te perdonara tus pecados. Le invitaste a venir y vivir en tu corazón. ¡Felicidades! Ahora eres un creyente -un discípulo, o seguidor, de Cristo Jesús. Has sido hecho un hijo de Dios. Ahora es tiempo de en verdad llegar a conocer a Dios mejor y aprender cómo caminar con él.
No es tan diferente al proceso que todos experimentamos como seres humanos. Comenzamos la vida como pequeños bebés. No sabemos nada acerca del mundo que nos rodea. No podemos hacer nada por nosotros mismos. Se nos tiene que enseñar. Tenemos que aprender cómo hablar... tenemos que aprender cómo caminar. Un paso a la vez.
Lo mismo sucede con nuestra fe en Jesús. En el principio somos "bebés" creyentes. ¡Tenemos mucho que aprender! Pero poco a poco, día con día, un paso a la vez, descubrimos lo que verdaderamente significa el ser un creyente y cómo vivir una vida que le agrada a Dios.
Mientras aprendemos a caminar con Dios, crecemos en nuestra fe. Crecemos en nuestra capacidad de saber y entender quién es Dios. Crecemos en nuestra habilidad de recibir lo que él tiene para darnos. Crecemos en nuestra apreciación de todo lo que él es y todo lo que él ha hecho por nosotros. Entre más aprendemos, más amplia, rica y profunda se convierte nuestra relación con Dios.
Este libreto te dirá cómo caminar con Dios: las cosas que puedes hacer que te ayudarán a acercarte más a él. Existen todo tipo de ideas y sugerencias que hemos incluido -la mayor parte de ellas vienen directamente de la Biblia, la misma palabra de Dios. Algunas veces verás las citas bíblicas entre paréntesis de esta manera: ( ). Busca estos versículos si los quieres leer tu mismo, o usa la sección especial llamada "Para aprender más".
Ahora aquí es como tú puedes aprender a caminar con Dios.
1. Camina en la PalabraLámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.
Salmos 119:105
La mejor manera de llegar a conocer a Dios es leyendo la Biblia. Cada palabra, cada versículo, cada capitulo fue inspirado por Dios mismo (2 Timoteo 3:16). Alguien dijo una vez que la palabra de Dios es su carta de amor para nosotros. La Biblia explica quién es Dios y cómo es él. Nos dice cómo creó al mundo y por qué nos creó a nosotros. La Biblia nos enseña a distinguir entre el bien y el mal y nos enseña cómo vivir de una manera que agrada a Dios. Nos lleva a conocer a Jesús -nuestro Salvador-el Hijo unigénito de Dios.
La Biblia se compone de sesenta y seis libros. Se encuentran divididos en 2 secciones: El Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Algunos libros nos cuentan las historias de los héroes de nuestra fe: hombres y mujeres quienes vivieron para Dios y que hicieron grandes cosas para él. Otros están llenos de poesía, oraciones y proverbios -palabras de consejo y de instrucción. Aun otros contienen profecías, mensajes especiales de Dios para su pueblo. Las historias acerca de Jesús comienzan en el Nuevo Testamento.
Existen muchas maneras de estudiar la Biblia. Puedes empezar al principio y leerla por completo, de Génesis a Apocalipsis. Si leyeras cuatro capítulos al día, terminarías de leerla en aproximadamente un año.
O tal vez podrías escoger estudiar un libro en particular a la vez. Muchos nuevos creyentes comienzan por leer la Epístola de Juan. También puedes buscar en la Biblia versículos acerca de un tema en particular tales como el "valor", la "amistad" o la "paz". La mayoría de las Biblias tienen una concordancia o un índice al final que te ayudará a encontrar los versículos que buscas. También puedes utilizar un libro de estudio bíblico.
Cuando termines un párrafo o un capítulo, repasa lo que hayas leído. Vé si puedes contestar estas cinco preguntas: ¿Quién?, ¿Qué?, ¿Dónde?, ¿Por qué? y ¿Cómo? Pídele a Dios que te ayude a entender las Escrituras y aprender algo acerca de lo que has leído. Tal vez querrás escribir tus pensamientos en una libreta o en un diario.
Más formas para que camines en la Palabra:
- Escucha versiones de audio de la Biblia en cassette o en disco compacto. Tócalas cuando te estés arreglando para el trabajo en la mañana, ponlas en tu carro, o ponlas en el fondo a volumen bajo mientras duermes en la noche.
- Memoriza versículos bíblicos que son significativos para ti, versículos que te animen o que te ayuden a crecer.
- Copia versículos en tarjetitas. Ponlas donde las puedas ver seguido -en el regriferador, en tu computadora, o en el espejo del baño.
- Guarda las tarjetas con versículos en tu cartera o en tu bolsa y repásalas durante el día. Practica cada mañana diciendo cada versículo en el camino al trabajo o antes de que te acuestes en la noche.
- Canta cantos acerca de versículos bíblicos. Tal vez hayas escuchado algunos en la iglesia, o en la radio cristiana o tal vez tengan discos compactos en la librería cristiana. También puedes componer de tu corazón tus propios cantos.
- Pregúntale a un amigo o a un miembro de tu familia que te ponga a prueba. Vé si puedes decir el versículo y la referencia (el nombre del libro, el capítulo y el versículo) sin que te ayuden.
Para aprender más: Lee Salmos 119:9, 11; Deuteronomio 6:6, y Hebreos 4:12.
2. Camina con una actitud de oraciónOrad sin cesar.
1 Tesalonicenses 5:17
Orar es simplemente hablar con Dios. La Biblia nos dice que Dios es el mejor amigo que podemos tener. Compartimos todos nuestros sentimientos y pensamientos con Dios, porque él nos comprende. Él siempre tiene tiempo para escuchar. A él siempre le importa (1 Pedro 5:7). Filipenses 4:6-7 nos recuerda, "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús".
Algunas personas prefieren orar en silencio, mientras otras prefieren hacerlo en voz alta. Algunos encuentran que les ayuda a reducir las distracciones y a enfocarse si oran hincados y con los ojos cerrados. Pero claro, tú puedes orar a cualquier hora y de cualquier manera que sea cómoda para ti. Algunas veces podrás repetir oraciones que has aprendido en la iglesia o memorizado de la Biblia. En otras ocasiones querrás orar en tus propias palabras.
Es una buena idea dedicar cierto tiempo especial para orar por lo menos una vez al día (tal vez antes o después de que leas tu Biblia). Adora a Dios por quien él es--cuán bueno y amoroso él ha sido. Confiésale tus pecados; admite tus errores. Dile a Dios que te arrepientes y pídele en oración te perdone. Pídele a Dios lo que necesitas. Trae todos tus problemas a él. Ora por tus amigos y familiares. Dale gracias a Dios por escuchar tus oraciones -¡y contestarlas!
Dios contesta nuestras oraciones en maneras diferentes. ¡Tal vez no siempre sea en la manera que tu esperabas! Algunas veces Dios obra milagros -y a veces él trabaja en maneras "ordinarias" a través de diferentes circunstancias. Dios nos puede hablar a través de nuestro pastor, padres, o amigos. Tal vez él nos guíe a un versículo en la Biblia que nos pueda ayudar. La Biblia nos dice que Dios siempre contesta nuestras oraciones. Algunas veces él dice, "Sí". Algunas él dice, "Espera". Y otras él nos dice, "No".
Como podrás ver, Dios no es sólo nuestro mejor amigo, él es nuestro Padre celestial. Como cualquier buen padre, él provee para nuestras necesidades y nos protege. Él sabe qué es lo mejor para nosotros. Muchas veces nos manda justo lo que necesitamos-aun cuando nosotros no pensemos que es lo mejor. No importa cuál sea su respuesta, podremos confiar en él completamente. Él siempre nos dará lo mejor (Mateo 7:11).
Tal vez querrás guardar un diario para tus oraciones--una libreta donde puedas escribir tus oraciones, como cartas para Dios.
Podrías preparar un tablero con las fotos de tus amigos y familiares, tus vecinos, compañeros en la escuela y tus maestros, misioneros, y líderes en el mundo. Ora por cada un