Publisher's Synopsis
En dos mil millones de años el Sol devorará la Tierra, terminará su tutelaje frutal de estrella hacedora de la vida. Las grandes obras del hombre se perderán en un chasquido radiante. Quedarán muchas preguntas sin respuestas en el espacio que ocupó nuestro planeta. Si me dieran a escoger, cuál pregunta yo quisiera dejar para la posteridad, evocaría la que tengo ahora en este momento que decido escribir unas palabras sobre este cuaderno de haikus de Armando Landa Vázquez: ¿qué motiva a un hombre de la diminuta provincia de Mayabeque en la isla de Cuba, escribir un libro tan antologizado de la experiencia humana basándose en un arte milenario como la poesía japonesa?Podemos especular que la imaginación se hace grande cuando el ser humano la usa para crear, como una fuerza que de no enfocarse se vuelve sólo un espíritu que vagabundea en el vació. Debe ser porque ciertos individuos no importa el lugar donde viven, siempre están sedientos de lo maravilloso y solo lo maravilloso tiene poder sobre ellos. Estos seres habitan mundos paralelos y en uno de ellos sufren la embriaguez, el éxtasis por las cosas que aplastan el alma, no temen a las paredes de la vida ordinaria, al tormento de la realidad porque ellos pueden cruzar una pared, una frontera, sin que nada los detenga. Aquí estamos en presencia de un artista con un don, pero el don sin trabajo no es nada. Un poeta que no se ha dejado sucumbir a la desesperación porque ha encontrado el antídoto para el vacío de la existencia en estos minúsculos casi invisibles versos llenos de una visión universal.Los haikus de Landa perdurarán hasta ese minuto final del planeta, no podré verlo, pero si me dieran a escoger cuál libro tener a mano en los instantes más perturbadores de una existencia, desearía estar sentado frente al monte Fuji, para escuchar una vez más su final: Miro el montepor última vez fijo, levanta vuelo.Eduardo René Casanova EaloEditorial Primigenios
