Plauto Los Asnos: Asinaria

Como ocurre con todas las comedias de Plauto, resulta imposible conocer su fidelidad al original en que dice inspirarse, más en este caso, porque del comediógrafo griego no conocemos más que el nombre y, si hemos de ser honestos, Plauto solía apartarse bastante de sus modelos, hasta el punto de que el autor griego que mejor conocemos de la Comedia Nueva, Menandro, concuerda mucho más en espíritu y forma con Terencio, como este mismo reconocía y también la mayor parte de helenistas. A Plauto le interesa menos filosofar y moralizar que a Menandro antes y Terencio después. Plauto es más cómico y menos moralista. Y aun así, la Asinaria es, tal vez, la menos plautina de las comedias de la colección varroniana en este sentido, pues aquí la comicidad y la intención didáctico moral se alían para dar una buena lección a los malos de la obra, que en esta comedia De los Asnos son todos, me aventuraría a decir, excepto Artémona, la buena madre, severa eso sí, y esposa.
Me gustaría acabar esta breve nota a la lectura preguntando al lector si considera a Plauto misántropo o filántropo:

lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non nouít.

Un hombre es un lobo

para un hombre -y no un hombre- cuando ignora cómo es.

nec quisquam est tam ingenio duro nec tam firmo pectore

quin ubi quidque occasionis sit sibi faciat bene.

nadie hay con un paladar tan duro o con un pecho tan firme,

que un dulce le amargue, cuando la ocasión se lo brinde,