No son cuentos contiene tres historias, basadas en realidades, que a lo mejor pasan desapercibidas al ojo humano. No porque sean imperceptibles, sino porque a veces parece ser más fácil ignorar que afrontar las realidades que nos rodean.
Una de ellas, es que no son pocas las personas que apuntan su brújula hacia metas materialistas, donde la prioridad es conseguir lo que ellos llaman éxito, a pesar de haber descuidado la crianza de sus hijos. Luego se escucha decir que el consumo de drogas es uno de los problemas más serios que tiene la humanidad. Sin embargo, es posible que no saber vivir en familia sea el problema más cruel que afrontamos como sociedad.
Además, afrontamos otra realidad que parece ser ignorada. El mal llamado progreso, visto desde la óptica economicista de un país. Para lograr ubicarse dentro de los países más avanzados, se sacrifica el medio ambiente, por lo que el desequilibrio ecológico a la postre viene a causar más daños que los beneficios que produce el avance urbano, la infraestructura y las industrias que, aunque ofrecen empleos, van destruyendo poco a poco, como si fuera a pellizcos, nuestro hermoso planeta.
Dependerá de cada uno si nos hacemos los de la vista gorda o si comenzamos a hacer algo, aunque sea pequeño, algo que esté a nuestro alcance. Por ejemplo, no tirar basura en las calles o en los ríos, algo que no conlleve un gasto económico, si no queremos hacerlo, como reciclar, o algo más consciente y atrevido como no deforestar o denunciar a quienes lo hagan.
La decisión es suya.
Usted decide a qué le quiere dar la prioridad en su vida y hacia donde apuntará su brújula.
