Publisher's Synopsis
¿Y si muchas de las ideas que se consideran universales fueran, en realidad, el resultado de una sola perspectiva cultural que se impuso al resto del mundo? ¿Y si las formas de vivir, creer, amar y habitar el planeta no fuesen únicas, sino múltiples, diversas y profundamente conectadas con la tierra?
Este libro es una invitación a cuestionar lo incuestionable: las bases del pensamiento occidental, sus nociones de verdad, sus jerarquías morales, su separación entre cuerpo y espíritu, entre humanidad y naturaleza. A través de una reflexión filosófica amplia y crítica, se propone una relectura del presente desde la ecología, el neopaganismo y la decolonización del pensamiento.
La filosofía ecologista, influenciada por corrientes materialistas, relativistas y deontológicas, se presenta aquí como una vía para comprender profundamente la relación entre el ser humano y el mundo natural. No se trata solo de conservar el planeta, sino de repensar las lógicas que nos llevaron a desconectarnos de él. Este enfoque filosófico emplea tanto el razonamiento inductivo como el deductivo, y se sostiene sobre hechos verificables, reconociendo siempre los límites del conocimiento humano. El debate, la duda y la reflexión crítica se convierten en herramientas indispensables para avanzar hacia una ética más justa y una existencia más armónica.
En este contexto, la decolonización del pensamiento no busca borrar la historia, sino entenderla críticamente. Implica revisar aquello que se ha normalizado como "lo correcto" o "lo verdadero" y rastrear sus raíces. ¿De dónde vienen nuestras ideas sobre el bien, el mal, el alma, la naturaleza, el progreso? ¿Quién las definió? ¿A costa de qué otras formas de ver el mundo?
Desde esta perspectiva, el neopaganismo no se plantea como una moda espiritual o una nostalgia romántica, sino como una reconstrucción consciente de saberes marginados, desplazados por la expansión del pensamiento religioso abrahámico y las estructuras coloniales de poder. Las cosmovisiones animistas, místicas y sapienciales que sobrevivieron a la colonización -como las filosofías andinas, tibetanas o chamánicas- ofrecen hoy claves esenciales para una relectura del presente: una ética del equilibrio, una visión circular del tiempo, un respeto profundo por todas las formas de vida.
El reconocimiento de la mortalidad y la animalidad humanas es otro pilar de este enfoque. Aceptar la vulnerabilidad biológica, la finitud y la interdependencia con otras especies es un acto filosófico y político. Esta conciencia derrumba la ilusión de superioridad humana y abre el camino hacia una nueva forma de existencia, donde lo humano no se concibe como dueño de la naturaleza, sino como parte integral de un tejido vital compartido.Este libro no pretende imponer respuestas, sino abrir preguntas. No busca erigirse como verdad, sino como camino. Es una reflexión sobre lo que podríamos llegar a ser si nos atreviéramos a pensar de otro modo, a sentir de otro modo, a vivir de otro modo.
Una obra para quienes buscan reencontrarse con la sabiduría silenciada de los pueblos originarios, con el valor de lo sagrado en la vida cotidiana y con una filosofía que abrace la pluralidad, la fragilidad, y la fuerza del vínculo con todo lo viviente.