Publisher's Synopsis
La idea judía nazarena, universalista, mesiánica y milenarista, partiendo de sus primeros centros de propaganda en las urbes cosmopolitas de Éfeso, Antioquia, Tesalónica y Corinto, se impuso a una cultura y una civilización que le era en todo superior, a través de los esclavos, los artesanos, los inmigrados desarraigados, sin sangre ni tierra propias, los mercaderes que centraban su vida en amasar dinero, los iluminados, los enajenados y los charlatanes.
En aquel proceso de subversión judeocristiano de la civilización europea grecorromana, se predicaba el terror entre los necios, inculcando a estos la inminencia del cumplimiento de las profecías bíblicas, el fin del mundo era cosa de poco tiempo. Es muy conocida la anécdota de que hubo quién, abandonando las tierras y el ganado, se lanzó a esperar en los campos el retorno de Yeshúa. De la obra. El protestantismo se dividió muy pronto en cientos de iglesias, movimientos, grupúsculos, y denominaciones. La erudición del autor de la obra que prologamos es enorme, y se despliega profusamente en las páginas de este libro. Fernández-Cruz demuestra un conocimiento perfecto de las numerosas sectas que, especialmente en los siglos XIX y XX, fueron creándose, especialmente en el mundo anglosajón, aunque hemos de lamentar su expansión en Hispanoamérica, inteligible precisamente en términos de geopolítica anglosajona y cristiano-sionista. Del prefacio de Carlos X. Blanco. El ideario de muchos fundamentalistas que, hoy en día, y de forma anacrónica, interpretan la Biblia de forma literal y la toman como la única fuente de conocimiento válida, incluso en asuntos que conciernen a la Ciencia que, contra toda evidencia, creen que la Tierra es el centro del Universo, y desarrollan teorías absurdas como el neogeocentrismo. A partir de aquí, todo es posible. Resulta difícil razonar con alguien cuyo único argumento es: está escrito aquí, y esto es la palabra de Dios; razón por la que se sienten obligados a creer que las profecías son literales, que todo lo que hace el gobierno israelí es por mandato divino, que hay que ayudarles para que acaben construyendo el Tercer Templo, aunque sea atentando en Jerusalén contra los edificios sagrados del Islam. Por supuesto, la mayoría de los israelitas llamarían locos a estos integristas de una fe diferente a la suya que quieren ayudarlos de esta manera; y, por supuesto, ni tienen intención de convertirse al cristianismo, ni creen que el mesías cristiano vaya a venir, ni mañana ni nunca. Del prólogo de Javier Arries. Los mitos hebreos heredados del Judaísmo y reelaborados en sus orígenes por su secta cristiana, han tomado nuevo impulso a través del movimiento cristiano sionista que, partiendo de los Estados Unidos, ha ido extendiéndose por tres continentes condicionando la política exterior de seis decenas de países leales a los intereses de Washington y Tel Aviv, buscando el cumplimiento de las profecías bíblicas. El milenarismo, el arrebatamiento de los justos, el Armagedón, la guerra de Gog y Magog entre otras muchas creencias míticas, son explicadas en este segundo volumen de una obra que viene a llenar el vacío que sobre este tema existía en nuestro idioma.