Publisher's Synopsis
En este libro no nos queda más remedio que apartarnos de aquellos escritos que nos dicen cosas como que "la Ley del Karma está bajo el mando, la jurisdicción, de ciertas entidades, en este caso, los Señores del Karma. Ellos son los jueces cósmicos y miran la acción y reacción de causas y efectos que nosotros pusimos en movimiento, y regulan esto según nuestras necesidades." También cuestionaremos esa teoría, nada demostrable, que nos dice que el alma se encarna en alguna entidad, humana o subalterna, mediante cuya fusión nuestras almas adquieren una personalidad con una estructura dada de energía. Así que debemos abandonar la mística idea de que los Señores del Karma deciden qué dolor o placer tendremos en cualquiera de nuestras vidas. De tener un alma -y seguramente la tenemos- no debe estar interesada, lo mismo que esos Señores del Karma, en nuestro placer o sufrimiento. Estas deberían ser reacciones absolutamente dependientes de nuestras acciones o pensamientos. En lo que todos estamos interesados, personajes místicos incluidos, es en el funcionamiento de la Ley cósmica de Causa y Efecto, y en que, de existir una o varias reencarnaciones, el alma dispondrá del libre albedrío para realizar sus propósitos según su vida anterior. Es como una inversión saludable para el mañana: si nos cuidamos hoy, seguramente tendremos salud mañana.