Publisher's Synopsis
En muchas sociedades modernas, se han establecido leyes para proteger a los ciudadanos de la discriminación basada en el género, las creencias, la raza y la sexualidad. La simple idea de ver esos derechos violados de alguna manera es algo que la gente del mundo occidental considera impensable. En estos tiempos, la gente peleará con dientes y con uñas contra los casos de discriminación e injusticia, bien sea buscando acción legal o acusando legalmente a la parte que discrimina.
Hay muchas organizaciones alrededor del mundo que ayudam a combatir y a proteger a los ciudadanos de las desigualdades arbitrarias. Los medios de comunicación social se han convertido también en canales por medio de los cuales la gente de todo el mundo puede denunciar estas injusticias. Las personas de todo el mundo que se solidarizan con los discriminados se unen para condenar a los fanáticos. Se ha visto que los boicots, las solicitudes y las reacciones negativas en los medios y en el internet han jugado un papel significativo en la caída de individuos y corporaciones que han sido acusados de alguna clase de discriminación.
El camino hacia la edad moderna de armonía y aceptación cultural es una de las hazañas más hermosas del progreso humano, pero habiendo dicho esto, hubo un tiempo en que la simple duda de la existencia de una figura religiosa era no solo un crimen punible legalmente, sino que muy bien podía costarle a una persona la vida. Este era el crimen de herejía. Esta clase de persecución religiosa ha estado presente por miles de años, y los cristianos fueron con frecuencia sus víctimas, pero cuando la Iglesia Católica comenzó su rápida difusión a través de Europa durante la edad media, las cosas cambiaron. En 1184, el Papa Lucio III promulgó una bula papal que iba a desatar una larga tradición de caza de brujas, lo que dio como resultado el comienzo de la época de la Inquisición.
Los portugueses habían conseguido acceso a las regiones comerciales que habían estado buscando, pero navegar de Portugal a la India y más allá requería demasiados recursos para llevar en un solo viaje. Para remediar este problema, Portugal comenzó a establecer una serie de fuertes y puestos comerciales a lo largo de la ruta. Los portugueses pudieron establecer un fuerte en la costa oeste de la India, Fort Manuel, en 1500, y en 1505 se erigió otro frente a la costa de Tanzania, comenzando así la colonización europea de África y Asia que duraría los siguientes 400 años.
El camino a la actual era moderna de respeto y aceptación culturales es una de las mayores hazañas del progreso humano, pero habiendo dicho esto, hubo un tiempo en que la mera duda de la existencia de una figura religiosa no sólo era castigable por ley, sino que también podía costarle la vida a un hombre. Éste fue el llamado crimen de herejía. Este tipo de persecución religiosa ha existido durante miles de años, y los cristianos a menudo fueron víctimas de otros, pero cuando la Iglesia Católica comenzó su rápida expansión por toda Europa durante la Edad Media, la situación dio un giro de 360 grados. En 1184 el papa Lucio III emitió una bula papal que iniciaría una larga tradición de cazar herejes, y como resultado comenzó la era de las inquisiciones.
En lo que constituyó un verdadero giro histórico, los perseguidos se convirtieron en los perseguidores. A partir de entonces, la Iglesia Católica Romana se encargó de celebrar tribunales o de establecer cortes judiciales, en la búsqueda de erradicar las herejías de una vez por todas. Se cree que estas inquisiciones, que asolarían a Europa durante siglos, atestiguaron la persecución de miles de personas a quienes se hostigó por tener creencias contrarias a la Iglesia. Una sorprendente parte de ellos serían brutalmente torturados y enviados a la muerte, y cuando los imperios católicos se expandieran por todo el mundo, la persecución iría de la mano con ellos.