Publisher's Synopsis
Hoy, como cualquier día bendecido por Dios, desperté tocando una puerta que se abría entre destellos multicolores. Al cruzarla, me encontré con la imagen más hermosa que guarda mi corazón: mi pueblo, Tamazula de Gordiano, una tierra bañada por la luz del sol y el amor de su gente. En cada rincón de esta provincia late la esencia de su historia, su cultura y sus tradiciones, construidas con el esfuerzo de generaciones que han dejado huella en sus calles, en sus campos y en el alma de quienes aquí habitan.
Tamazula es un lugar donde el trabajo digno y la perseverancia han sido la base del desarrollo. Sus hombres y mujeres, fuertes como la tierra que los vio nacer, se esfuerzan día a día por construir un mejor futuro para sus familias. En cada amanecer, el campo despierta con el canto de los gallos y el aroma de la tierra fresca, anunciando el inicio de una nueva jornada. Las manos laboriosas de sus campesinos siembran la esperanza en cada semilla, y los comerciantes llenan de vida el mercado con sus productos y sonrisas.Sin embargo, como en todo paraíso, también existe una sombra que amenaza con opacar su brillo. En medio de la belleza y la armonía, algunos de nuestros jóvenes han abierto la puerta equivocada, encontrándose atrapados en un oscuro laberinto de falsas ilusiones: el mundo de las drogas. Lo que comienza como una curiosidad o una escapatoria temporal se convierte en una prisión sin salida, destruyendo vidas, rompiendo familias y apagando sueños.
No podemos permitir que esta oscuridad siga expandiéndose, robándole el futuro a nuestros hijos. Es momento de encender la luz de la conciencia y emprender una lucha firme contra este enemigo silencioso. Debemos unirnos como comunidad y alzar la voz con una campaña de "No a las drogas", informando sobre sus devastadores efectos en la salud física, mental y emocional. Solo a través de la educación, el apoyo y el amor podemos salvar a nuestros jóvenes de este abismo.
Tamazula debe seguir siendo cuna de buenos estudiantes, de personas que sueñan y trabajan por un mejor mañana. Debemos fortalecer los valores que nos han caracterizado como comunidad, motivar a nuestros niños y jóvenes a creer en sí mismos, a buscar oportunidades de crecimiento y a convertirse en ciudadanos ejemplares, no solo para nuestro pueblo, sino para todo TAMAZULA. Jalisco y para México.
Este es un llamado a la acción. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras el futuro de Tamazula se ve amenazado. La solución está en nuestras manos, en cada palabra de aliento, en cada gesto de apoyo y en cada esfuerzo por construir un camino libre de adicciones. Solo así podremos garantizar que las nuevas generaciones encuentren puertas que los lleven a la luz, al conocimiento y al éxito, en lugar de laberintos de dolor y desolación