Publisher's Synopsis
Dos fragmentos de este texto: "...¿Qué estoy yo implicando, suponiendo o postulando en estas páginas? Primero, que mis sueños tienen un significado. Segundo, que su significado es verdadero. Tercero, que su verdad tiene como garantía que hablan desentendiéndose de convenciones, sujeciones, represiones de mi vida despierta. Cuarto, que una verdad que se dice mientras duermo debe ser atendida como más profunda y firme que la mayoría de las afirmaciones de la conciencia despierta. Quinto, que en general, lo que Freud propone como método para desentrañar el significado de los sueños es cosa correcta. Sexto, que mis sueños son discursos - velados, distorsionados, disfrazados, personificados, pero discursos - que me dirijo a mí mismo y que construyo yo mismo. Séptimo, que mis sueños me tienen a mí por objeto. Octavo, que mis sueños son el único reducto de mi vida consciente donde impera el "conócete a ti mismo". ¿Es eso todo? Si no lo es, es casi todo..."// "...Lo que me lleva a Norma V... ¿Qué hace en mi sueño esta muchacha que conocí de pasada hace 47 años? Está en mi sueño tal como la conocí. Seguramente, era una de las muchachas del curso que me atraían, además de I... que me atraía por encima de todas. No que hubiera atracción sexual hacia mis bellas de mi niñez y mi juventud. Era cosa "de la barbilla arriba". El rostro de la mujer casi únicamente. Ni que cojeara me importaba si era bella de rostro. Ni que fuera blanca, morena, rubia, trigueña, si era bella de rostro. No tenía predilección de ojos, de cabellos, de nariz, de boca, de mejillas, frente, mentón. Bastaba que el conjunto del rostro, la mirada, la expresión, la sonrisa fueran bellos. Ni del tono de voz hacía distinción. Un rostro de mujer bello era para mí todo el correlato de mi amor. Así, puedo decir que son incontables las mujeres que amé simplemente al pasar. Pero el amor por I... fue diferente. Era bella entre las bellas. Como lo fue después B... Había algo en el rostro y la expresión de esas dos bellezas, algo dedicado a sensibilidades como la mía. No sabía qué era y todavía no lo sé. Creo que aquí sí que calza lo que dice Agustín sobre el tiempo: si no me lo preguntan, lo sé; si me lo preguntan, no lo sé..."