Publisher's Synopsis
El presente libro, trata de ser una modesta aportación al esclarecimiento de la poco resuelta vida del maestro imaginero Juan de Mesa y Velasco, del que siempre existieron tan escuetos datos de su vida y obra. A pesar de los datos existentes en las fuentes documentales y aportaciones en la investigación, todavía existe en torno a su figura una misteriosa bruma de incomprensión para este gran escultor del arte cofrade andaluz del barroco. Incluyo en la publicación datos oficiales de otros cronistas mesinos, además de contribuir con investigaciones propias inauditas que revelo gustosamente en exclusividad, para los lectores de dicho ejemplar. Además de las crónicas "oficiales" establecidas en torno a la biografía del personaje, abordo otros temas de interés como hipótesis para desentrañar los orígenes geográficos no solo de Juan de Mesa, sino de su maestro Montañés, su esposa, genealogías, etc. Incomprensiblemente, no se entiende como pudo pasar desapercibida la obra de este ilustre artista imaginero, tan reconocido y bien relacionado con la sociedad cordobesa y sevillana, que tras su muerte, pasara todo a ser engullido por el olvido de casi tres siglos, y siendo rescatado accidentalmente por un investigador que ni pretendía tal intención. Algo sucedió que se nos escapa, a este otro lado de la historia actual, para que se desdibujara su influencia y acción durante años contribuyendo al arte sacro y cofrade, independientemente a su voluntad, pues ya es sabido que Mesa fue un hombre introvertido y opaco en su vida personal, dejando entrever por su itinerario profesional, esa constancia y esfuerzo en dedicación exclusiva a su pasión de escultor, a la que se inmoló toda su vida. La actividad artística documentada de Juan de Mesa abarca sólo doce años, aunque probablemente debió ser más. Parece sugerirse desde las silenciadas crónicas de la ciudad de Sevilla del siglo XVII, como pareció existir una cordial relación inicial en una primera etapa de formación de Mesa, e incluso durante algunos años de su propio taller, apareciendo como colaborador de un soberbio Montañés, (del que dicen nunca desechaba un proyecto en su ambicionada intención de acapararlo todo), y que pasada esta tesitura de dependencia de Mesa para facilitar muchos de los trabajos del maestro alcalaíno, iría extinguiéndose dicha relación profesional entre ambos escultores, a medida que la sombra de Mesa agigantaba por momentos, debido a ese magistral hacer de sus obras, que tal vez interferían en una actividad ya enfrentada para una ciudad donde parecían no caber ambos maestros imagineros. Aun disponiendo en un amplio catálogo de obras del maestro Juan de Mesa, sus apreciables tallas no nos pueden revelar las auténticas razones por las que quedarían huérfanas de su hacedor, y desconociéndose todavía las principales arterias de su vida. Existen mil conjeturas e hipótesis que articulan una biografía todavía incompleta, pues se desconocen los datos más reveladores de un enmudecido silencio, que diríamos incluso en complicidad de su siglo y circunstancia histórica, que argumenten y traten de explicar coherentemente las respuestas difuminadas en la vida del escultor Juan de Mesa. Es probable, que en ese erróneo afán de "atar cabos", la historia haya pretendido buscar explicaciones readaptando argumentos un tanto esquivos de la realidad más nítida de Mesa, creando como digo, alternativas trazadas desde una insensata lógica en esa apuesta de resolver los resortes de su incompleta vida. Todavía está en el aire, los motivos que extinguieron al escultor Mesa, desconfiando un servidor de las populares crónicas narradas que se razonan por la enfermedad como única respuesta a su silencio, como ese misterio de su supuesto sepulcro, así como un pasado judeo converso que tal vez, fuera el acicate que iniciaría su misterioso apagamiento.