Publisher's Synopsis
¿Qué hacer con la muerte del ser amado? La respuesta de María Angélica Hernández Mardones en El camino del agua es dar, darse a sí y a los otros, mediante la escritura y el canto; es escribir la congoja, la angustia mutua, pues la muerte del ser amado es inevitablemente la propia muerte; pero también es cantar el agradecimiento y la admiración, es celebrar la memoria y el legado, porque incluso muriendo se enseña, se cuida y se da.
Si es verdad que la poesía auténtica exige una forma tal de compromiso, hasta incluso poner en peligro al creador, se puede decir que El camino del agua es un auténtico don de sí.