¡Almueje!

Esta es la cuarta y sin duda alguna la mejor edición hasta la fecha de la novela de Manuel García Cartagena (G.C. Manuel) titulada "¡Almueje!". Publicada originalmente en 2000, esta novela ha conocido con el paso de los años numerosas mutaciones que la vienen acercando a lo que tal vez constituye su verdadera vocación: el retrato de una época en clave simbólica. Entre los numerosos referentes literarios que una lectura atenta de esta novela podrá seguramente descubrir se destacan las novelas "Pantagruel" y "La vida inestimable de Gargantúa, padre de Pantagruel", de François Rabelais, pero también "Alicia en el País de las Maravillas", de Lewis Caroll y "Cien años de soledad", de Gabriel García Márquez. Numerosos lectores de las ediciones anteriores han destacado, además, el singular empleo del lenguaje y la polifonía expresiva de sus numerosos juegos de palabras, así como la extraordinaria capacidad imaginativa y asociativa que despliega en esta novela el autor de "Bacá" y de "Planes de ataque". Sin embargo, "¡Almueje!" es ante todo una invitación a explorar el delirante estremecimiento que produce todo intento de vivir numerosas existencias en una sola. En esta cuarta edición no sólo se han eliminado numerosas imperfecciones que lastraban el texto de las tres anteriores, sino que se ha realizado una revisión completa del texto, suprimiendo algunos pasajes e incorporando otros pertenecientes al esquema original de la novela pero que habían sido extraídos por el autor en el curso de sus anteriores lecturas. El resultado garantiza una experiencia de lectura totalmente nueva y amena, apta para todo público pero sobre todo, altamente recomendable para todos aquellos que viven con la impresión de no haber entendido nunca nada de este lugar fabuloso al que llaman La Realidad. Recientemente, el reputado especialista Fadrique Bombs escribió el siguiente texto, el cual figura en la contraportada de esta cuarta edición: "Almueje comienza donde la risa se junta con la distancia, justo en esa parte del silencio por donde se escurren esos días inútiles que nunca aprendieron a llover, entreverados en lunes y otros deplorables enseres o minuciosamente sacudidos cada dos limones. Y como todo poder aspira a convertirse en una enfermedad terminal, por las sendas de Almueje se destila el esqueleto de la historia perpetuamente desarticulado en matas y mitos, y en motas y metas mutantes como todas las palabras."