Publisher's Synopsis
Si uno ha vivido lo suficiente, puede recorrer la historia de una familia, de sus hijos, de sus nietos, y si tiene la curiosidad necesaria, suele escuchar con atención las narraciones de los padres y de los abuelos, de esas familias, y sus ilusiones, proyectos, pérdidas y altibajos. Y por momentos esas historias se comparan a una zaga de Zola, o de Balzac, o de Tolstoi, como si antes que sucediera uno las hubiera leído. Y se dice ¡Qué fantástica que fue esa generación de escritores! Y como ha vivido esas historias, y como ha elegido este oficio, se tienta por escribirlas.
Tal es esta historia de los Fonseca, una familia de inmigrantes españoles que abarca, al menos, tres generaciones.
Por entonces vivían los abuelos sentados a la puerta, hablando de viejas historias de la Guerra Civil Española, de Mussolini, de Perón, o de una aldea escondida entre las inmensas planicies de Lugo.
Así se fueron armando los recuerdos, corporeizando, salidos de una lámpara: la historia de los Fonseca.
Venidos de España antes o después de la guerra, ubicados en casas de familias para las tareas domésticas, o costurera de algún que otro apellido de la próspera ciudad portuaria.
Pues por aquella época en Rosario no se conocían villas de emergencia, todo era próspero, incluso para la clase media alta que extendía sus palacetes a lo largo de Boulevard Oroño y educaban a sus hijos en los colegios pagos de la ciudad pasando sus vacaciones un mes en Mar del Plata y otro en Mendoza, o incluso, en el tanque australiano de la estancia.
Eran cuatro hermanas, la Julia, la Carmiña, la Zulema y la Jimena. Cuatro hermanas de un total de ocho y un hermano. Cuatro hermanas echadas al azar después de un largo viaje en barco.
Luis Lea Place (Argentina) "¡Muy buena! Te transporta a otra época, resulta cercana, muy entretenida, con personajes bien construidos que hasta te recuerdan a gente que has conocido. Recomiendo su lectura". Diana Martín (España)