Publisher's Synopsis
El espionaje de cada uno sobre las rarezas del otro ¿es un arma de fuego o son las palabras o el silencio las causas del asesinato? ¿cuál de ellas es la verdadera arma protagonista del crimen? Eso si es que hubo en realidad un muerto y un crimen. El sueño, la muerte, la vida, aspectos que se mantienen una vez se cruzan en la frontera invisible en el que se desarrollan. ¡Y qué regalo para el espíritu y la imaginación cuando el cadáver aparece como sospechoso! Es así como comienza una reflexión metafísica -o más bien patafísica- alrededor de un cadáver exquisito. Dejemos atrás el primer acto para degustar el segundo: la presa -léase montería- se hace teatro. Las víctimas son despellejadas y sus espíritus digeridos. Luego, en el acto tercero, se produce la transmutación que se alimenta de los cadáveres precedentes. La incertidumbre penetra en la identidad y en los vivos; y luego, en el acto cuarto, se hurga en El bosque de los Secretos donde la angustia metapatafísica llega a su culmen. Un debate filosófico entre dos actores, bajo el juicio apocalíptico de La Jaula, es el centro del quinto acto. El sexto acto suena a la hora de la rebelión o de su sueño; rápidamente contrariada en el séptimo acto a causa de los múltiples renacimientos del poder; renacimientos que surgen con nuevos rostros. El octavo acto es de nuevo un diálogo entre dos personajes que se interrogan sobre el gran teatro de la vida; sobre su inconsistencia, su insignificancia y la vanidad en los roles de cada uno: actores y espectadores ven reflejada su propia imagen, aunque distorsionada. Los murmullos de la naturaleza ponen fin al debate. La sombra y la luz se disputan el noveno acto en una reflexión entre cuatro personajes para terminar en una conclusión deconstructiva y que sintetiza los actos precedentes. Y cuando cae el telón es que la verdadera duda entre en escena: ¿qué hicimos de nuestras vidas? Floriano Martins y Berta Lucía Estrada, poetas-dramaturgos, desde sus mesas de trabajo, él en Brasil, ella en Colombia, pescan los relámpagos con que tejen este teatro automático, prueba inagotable de su humanismo poético.