Publisher's Synopsis
Un buen día del verano pasado me pasó por la cabeza escribir una novela de ciencia ficción, un homenaje a los maestros Heinlein, Philip K, Dick, Lafertty, Alfred Bester, y tantos otros con los que me he deleitado desde niño con la lectura de sus grandes obras. Primero había de diseñar la nave, algo plausible, y después cuidar al mínimo detalle cada una de las cosas que van apareciendo con el transcurso de la acción. Parece algo nimio y fue un trabajo duro pero para algo estudié ingeniería; todo tenía que cuadrar al milímetro. Estamos hablando de tecnología espacial, así que hasta los wáteres han de ser lo más de lo más. De los que no necesitas utilizar papel higiénico al concluir. ¿Cuantos cuartos de baño? ¿Donde ubicarlos? Y no sigo porque me pongo escatológico. Y ahora viene lo bueno: hacer funcionar el invento. ¿Cuantos personajes? ¿Quienes son? ¿De dónde vienen? Docenas de horas empleadas en imaginarlos antes de rellenar el primer folio solo para conseguir que arranque la historia. Recordar: es una novela de ciencia ficción, algunas cosas que aparecen aún no se han conseguido materializar. Ordenadores, motores, está a la vuelta de la esquina el poder verlos con nuestros propios ojos. Como no os quiero aburrir en la presentación con aspectos técnicos vayamos con la fricción, perdón, con la acción. Doce jóvenes, titulados universitarios, con buena experiencia laboral son elegidos entre miles de muchachos europeos para llevar a cabo el experimento mas espectacular jamás realizado: ¡viajar a las estrellas! Ninguno es astronauta ni soñó jamás serlo pero serán los primeros en viajar por la galaxia superando todas nuestras timoratas previsiones y dejando en el triturador de basuras todos los prejuicios y creencias adquiridas. Están solos, solos viajando por el universo; solo se tienen el uno al otro. Bueno, solos, solos, lo que se dice solos, no van a estar pero me guardo esta pequeña sorpresa para cuando hayáis leído el Primer Mamotreto. La obra consiste de tres Mamotretos y dos adendas. Os deleitará y asombrará la lectura de esta novela y, una cosa, la luz no puede ir más rápido de un punto a otro pero nosotros sí podemos.