Publisher's Synopsis
La madrugada se creó para los amantes y los poetas, y en su proceso amatorio que para los poetas es con las palabras, han surgido los mejores versos. Unos se quedan para sólo ellos mismos, los amantes, y otros terminarán en el deliquio de nuestros oídos.El poemario es una oda a la noche y al proceso creativo nocturno. Surgimos esos especímenes con el nombre de noctívago en la hoguera de la somnolencia abrasa sombras como hembras desnudas de amanecer hetairas ahítas de humo bailan en la dilatada pupila de la flama. La poesía de Gerardo Brauer está cargada de una sugestiva metafísica. Yo me atrevo a decir que es la más extraordinaria poesía metafísica jamás escrita; el lector lo confirmará. La existencia y la trascendencia o incapacidad de siquiera percibir lo esencial del mundo, está expuesto en todo el entorno poético del autor. Por eso casi todas las preguntas filosóficas se responden en cada uno de sus versos. En dicha respuesta participa la subjetividad del lector. Recordemos que Nietzsche dijo que un verso explica mejor que un mamotreto filosófico. Los versos nos envuelven de tal manera que sólo nos damos cuenta ya sumergidos en nosotros mismos y a través de la introspección hasta llegar a esos profundos estados del alma. El detonante es el trabajo del poeta al haber seleccionado palabras que no podrían estar en ese sitio nunca antes, como ya después se convertirán en el leitmotiv de una vida, aunque también en los llamados lugares comunes, por influir tanto en los demás, y serán adoptadas para el diálogo de calle. La poesía es el laboratorio de cualquier idioma donde entran las palabras del plomo del vulgo, del dicho común y la simple comunicación, y salen con el oro del nuevo significante. Pero ese oro puede terminar colgado en tantos lugares que ya no aportará brillo. La labor del poeta es hacernos surgir de su laboratorio más de esa cantera que sin su oficio, sería materia y nada más.He comprobado, tras la lectura de los versos del libro en sus manos, que se puede soñar en la noche sin dormir sueño del silencio voz que se enmudeció en la insondable somnolencia del insomne. Habremos desarrollado quienes en el silencio nocturno provocamos a nuestras musas, la habilidad de derrochar todo su encanto creativo con cada fonema de afónico eco destila sombras entre las sombras reverberando una brisa endrina, porque el poeta para nosotros levantó del hueco piso cien dialectos sobre arcilla un viento asido a una tolvanera de sombras, y entendí, como pronto usted también, que el alba descansa más con esa clase de sueños que no requieren dormir. Sólo le bastará a usted estar en comunión con la noche, su lectura, y aprender de los vocablos nocturnos, que le permitirán amanecer en paz consigo mismo. Quien logra así despertar sabrá que el sueño desaloja a la memoria se aloja en el noctívago lo eleva al aleteo nocturno suma sueños de otros nunca habita los suyos. De tal manera que mi deseo es todos los días despertar en paz conmigo mismo, puesto que la noche me abrió el universo mismo para entenderlo, para entenderme gracias a los versos que crearon la vereda a ese universo tan propio como compartido con la partícula más elemental: cien senderos al sueño hay hasta hallar a su ser soñante noctívago en la vigilia vaga en obsedante obsesión onírica hacia el más lejano lugar del alma dentro de su más recóndito recuerdo en la incierta senda del asombro.Concluirá conmigo que sólo la geografía onírica de la poesía no requiere del sueño brota de regiones donde la fantasía nutre al imperio nocturno.