Publisher's Synopsis
¿Cómo explicar la presencia de un Dios de amor y de justicia que presuntamente sostiene la discriminación por creación? ¿Cómo aceptar que la mujer debe ser -supuestamente- subordinada, en el contexto de un Dios que crea a ambos a su imagen? ¿Cómo entender el concepto Paulino de que en Cristo "no hay varón ni mujer" (Gá. 3:28) si algunos cristianos aún suponen que la mujer debe ser discriminada en relación a su contraparte masculina? Cuando la Biblia se la interpreta de manera sexista o siguiendo paradigmas no bíblicos, entonces, se llegan a conclusiones que terminan avalando la discriminación, el abuso, la dominación y otros actos que de repetidos no se entienden como violentos. Dios creó al varón y la mujer para que vivan en armonía. Para que uno y otro se relacionen para vivir en complementación. Nunca fue el plan de Dios que en la relación del varón y la mujer uno mande y otro obedezca, uno domine y el otro sea subordinado. Ése es un modelo que no corresponde al diseño de Dios. Ambos se necesitan mutuamente. Elie Wiesel señala acertadamente que "sin Eva, Adán hubiera sido un hombre, pero no hubiera sido humano". Es la presencia de ambos lo que le da sentido a la humanidad. Dios hizo un diseño perfecto de la pareja humana. La Biblia transmite esta idea, pero, lamentablemente las traducciones, en algunos casos tendenciosamente, no alcanzan a expresar dicha idea. El autor propone regresar al ideal de los orígenes. Siguiendo el ejemplo de Jesús que invitó a sus seguidores a volver su mirada "al principio" (Mr. 10:6), para tener una vislumbre clara del diseño original de Dios.