Publisher's Synopsis
Alférez Campusano al salir del hospital se encuentra con su amigo el licenciado Peralta y éste al ver a su amigo convaleciente le pregunta el porqué de su estado tan lamentable, Campusano le responde que es debido al matrimonio que contrajo; el licenciado le ofrece su casa para que le pueda contar con más comodidad la historia de aquel casamiento. Al iniciar su relato Alférez le cuenta que en la posada donde solían comer conoció a una mujer de nombre Estefanía de Caicedo que estaba platicando con su amigo el capitán Pedro Herrera, la cual no quiso ceder a descubrirse para conservar la decencia y prefirió que un mozo la siguiera para que Campusano la visitara en su casa. Una vez en su casa Alférez le ofreció mil promesas con la finalidad de yacer con ella y satisfacer su deseo pero no consiguió su cometido, Estefanía le dijo que ella buscaba un marido y no un amante con quien compartir su vida y su fortuna; Campusano al ver la gran oportunidad de ser rico y satisfacer su deseo decidió contraer nupcias con Estefanía y se fueron a vivir en la supuesta casa de su amada. En aquella casa residieron poco tiempo ya que llegó la verdadera propietaria Clementa Bueso junto con su pretendiente Lope Meléndez de Almendárez y la dueña Hortigosa; Estefanía engañó a su marido diciendo que la casa era suya y que sólo se la prestaría a su amiga Clementa para darle una lección a su pretendiente, lo cual provocó que se mudaran a la casa de otra de sus amigas y se pelearan constantemente; tiempo después la propietaria y amiga de su nueva residencia le pregunta el porqué de sus peleas y se descubre que Estefanía no tiene ninguna propiedad o dinero, además se lleva casi todas las pertenencias de Alférez. Al final del relato Peralta le pregunta si no le duele o molesta el robo de sus pertenencias, a lo que su amigo le responde que no, porque sus cosas no valían tanto como él había le dado a entender a su esposa; lo cual nos demuestra que ambos se engañaron mutuamente. Después de los sucesos anteriores, Campuzano le comenta que escuchó en el hospital como dos perros hablaban entre sí, lo cual provoca que el licenciado no crea ninguna de las dos historias ya que son demasiado fantasiosas para ser reales, así que Alférez intenta convencerlo diciéndole que escribió el coloquio que tuvieron los perros y que lo puede leer en ese momento.