Publisher's Synopsis
BESTSELLER DEL NEW YORK TIMES
Bloquea al charlatán = Supera las mentiras de la inseguridad, el miedo, la condenación y el desánimo con las promesas de Dios.
"Estas cuatro confesiones te liberarán para abrazar la vida que Dios te ha llamado a vivir" -Andy Stanley, pastor principal de la Iglesia North Point; autor de Enemigos del corazón En Bloquea al charlatán, el pastor Steven Furtick se centra en cuatro áreas clave en las que los pensamientos negativos son más debilitantes: la inseguridad, el miedo, la condenación y el desánimo. Se pregunta: "¿Qué grandes obras corren el peligro de quedarse sin hacer en tu vida por culpa de las mentiras que se sembraron en tu pasado o de los miedos que se ciernen sobre tu futuro?" Con historias personales, ejemplos inspiradores y estrategias prácticas, el pastor Furtick le mostrará cómo silenciar las mentiras y abrazar la afirmación liberadora de Dios. - Aprenda a vivir la verdad de Dios sin importar lo que ocurra en su vida o sus pensamientos. - Aprenda a silenciar las voz del enemigo... y a escuchar la voz de Dios por encima de todas las demás. NEW YORK TIMES BESTSELLER Crashing the chatterbox = Overpowering the lies of insecurity, fear, condemnation, and discouragement with the promises of God. "These four confessions will free you to embrace the life God has called you to live."--Andy Stanley, senior pastor, North Point Church; author of Enemies of the HeartIn Crash the Chatterbox, Pastor Steven Furtick focuses on four key areas in which negative thoughts are most debilitating: insecurity, fear, condemnation, and discouragement. He asks, "What great deeds are in danger of remaining undone in your life because of lies that were planted in your past or fears that are looming in your future?" With personal stories, inspiring examples, and practical strategies, Pastor Furtick will show you how to silence the lies and embrace the freeing affirmation of God. - Learn how to live out God's truth no matter what is going on in your life or thoughts. - Learn how to crash the chatterbox . . . and hear God's voice above all others.